A efectos legales, los jugadores de póker en España se encuadran dentro de la categoría de deportistas profesionales. Así lo anunció la Agencia Tributaria el pasado 28 de marzo. Hasta entonces, no existía ninguna clasificación específica como tal pero, en estos momentos a efectos impositivos son equiparados a cualquier profesional del mundo del deporte.
Podríamos decir que esta nueva implementación ha servido para sellar definitivamente un conflicto de largo recorrido entre Hacienda y los jugadores de póker y cuyo origen se remonta a la Ley del Juego y se extiende a una era marcada por el auge del poker España online.
El poker, la ausencia de regulación en España y la fuga de talentos
En realidad, antes de que la práctica del poker online contase con una regulación específica en nuestro país, ya existían muchas personalidades altamente reconocidas en el segmento del póker profesional. No obstante, la inseguridad legal que España ofrecía entonces derivó en una fuga importante de talentos con profesionales optaron por establecerse en otros países que les proporcionaban mayores reconocimientos y garantías como Reino Unido.
Aunque en la actualidad, sigue existiendo dicho éxodo por parte de los jugadores españoles, debido, entre otras cosas, al acceso a ventajas impositivas, una gran parte de ellos regresan para participar en las principales competiciones anuales. No resulta extraño si tenemos en cuenta al atractivo turístico de nuestra península en lo que a organización de torneos respecta.
Lógicamente, en este tipo de supuestos, los jugadores profesionales de póker que obtienen importantes premios en España, deben responder al pago de los correspondientes impuestos en sus países de residencia fiscal, siendo algunos de los más comunes Portugal, Andorra o Malta.
La nueva normativa también se aplica a jugadores ocasionales
Con la nueva actualización, Hacienda trata de recuperar parte del talento y, cómo no, las cuota de las ganancias procedentes de los jugadores de póker españoles profesionales que, en el pasado, optaban por abandonar el país. Antes de la nueva implementación, las ganancias que se percibían a través de torneos de poker obtenían el mismo tratamiento que las de la lotería.
Además, la nueva prescripción también es aplicable a aquellos jugadores ocasionales. De hecho, la Agencia Tributaria especifica que el concepto de deportista alberga tanto a profesionales como a aficionados por lo que, en este sentido, los jugadores ocasionales también quedan cubiertos por la nueva normativa, a pesar de que únicamente participen en un solo evento.
Todo parece indicar que esta nueva directiva podría ser, en el futuro, un resorte de cambio para modificar la situación actual de los casinos puesto que el póker podría dejar de concebirse como un juego de azar para ser tratado de forma exclusiva como una actividad deportiva. Además, cabría pensar que los eventos de póker en el futuro próximo podrían pasar a celebrarse en entornos menos habituales algo que, por otro lado, no sería extraño si tenemos en cuenta el implacable crecimiento que continúa experimentando la industria del juego en nuestro país y en el resto del mundo.
De momento, son solo hipótesis y aunque, sin duda, veremos cambios importantes en la industria del juego en el futuro cercano, quizá no lleguen a ser tan significativos en términos semánticos, valga la redundancia, pues el póker llevaba mucho tiempo pidiendo que se le considerara como un deporte propiamente dicho.